EL ADMINISTRADOR

Notas interesantes de Administración y Negocios en el Perú.

martes, 22 de mayo de 2007

¿CUANTO TIEMPO DE LA SEMANA INVIERTE EN SUS FORTALEZAS?

Cuentan que ardilla, pato, conejo y paloma entraron a una escuela en donde los evaluaron en las competencias de trepar, nadar correr y volar. Estos animales tenían ciertas fortalezas, pero también muchas debilidades. Así fue que a la ardilla la pusieron en clases intensivas de nado. Ella insistía en que podía cruzar el lago saltando por las copas de los árboles, pero no la dejaron. Desgraciadamente por más que intentaba, no podía mantenerse a flote y se ahogó. Al pato lo pusieron a trepar árboles y de tanto intentar se rompió las patas y no pudo nadar más. A la paloma la pusieron a correr. El conejo tenía una gran debilidad: no poder volar. Él insistía en que podía llegar rapidísimo al otro lado corriendo, pero no lo dejaron. A la tercera vez que se tiró intentando volar, murió por el golpe. Finalmente, la escuela cerró por falta de alumnos.

Algo similar ocurre en la oficina. Al evaluar a las personas, nos concentramos en mejorar sus debilidades más que en potenciar sus fortalezas. Esto es comprensible, pues las personas deben lograr un mínimo de desempeño en ciertas competencias para subsistir en el trabajo. Pero nuestro éxito en la vida, y nuestra mayor contribución a la empresa, vendrán de desarrollar y aplicar nuestras fortalezas en el trabajo.
Según Marcus Buckinham, una fortaleza es una actividad que te deja sintiendo fuerte, energizado, retado y motivado. Lo maravilloso de esta definición de fortaleza es que uno mismo define sus fortalezas. No nuestro jefe o nuestros colegas. Por otro lado, una debilidad, según Buckinham, es una actividad que te deja sintiendo débil, drenado, cansado y aburrido. Piense en la semana pasada. ¿Cuánto tiempo dedicó aplicar sus fortalezas y cuánto a sus debilidades? Según estudios desarrollados por la empresa Gallup, dos de cada diez personas dedican la mayor parte de su tiempo a sus fortalezas. ¿Usted en qué grupo se encuentra? Cuando aplicamos nuestras fortalezas, nos sentimos vivos, comprometidos y realizados; sentimos que el tiempo no pasa y contribuimos al máximo. Algunas personas pensarán que trabajar permanentemente en sus fortalezas es una utopía, que uno tiene un trabajo que cumplir le guste o no. En parte tienen razón, debemos cumplir con nuestro trabajo, pero depende de nosotros aplicar al máximo nuestras fortalezas en él.

Primero descubra sus fortalezas, reflexione sobre aquellas actividades que lo realizan y lo motivan. Luego converse con su jefe sobre ellas. Discuta qué posibilidades podría tener de aplicar más de sus fortalezas y de minimizar las labores que son sus debilidades.
Como jefe, recuerde que las personas estarán más motivadas y comprometidas en la medida en que puedan trabajar más tiempo en sus fortalezas. Intente redistribuir funciones entre su gente sobre la base de sus fortalezas.
Thomas Edison, el gran inventor, fue un pésimo estudiante en el colegio, al punto de que lo expulsaron por sus debilidades como alumno. Pero su madre, que lo veía desde niño interesado en hacer experimentos y que confiaba en su fortalezas, lo educó en su casa. A los 21 años, Edison patentó un contador de votos para el Congreso, años más tarde, inventó el fonógrafo y el foco, entre otros. Finalmente fundó el imperio General Electric. Este niño, a pesar de sus debilidades, tuvo la perseverancia de seguir sus sueños y explotar sus fortalezas. Sigamos el ejemplo de Edison, identifiquemos nuestras fortalezas y contribuyamos con ellas a la creación de nuestro futuro.

Por David Fischman
Ingeniero
Vicerrector de Innovación y
Desarrollo -UPC
Extraído del Diario "El Comercio" (Perú)

1 comentarios:

A las 12 de julio de 2007, 20:30 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola:

Me pareció excelente el comentario de David Fischman acerca de las debilidades y fortalezas, es cierto debemos dar más tiempo para aprovechar nuestras fortalezas...

 

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