LA RECOMPENSA DEL ERROR

Un maquinista que trabajó durante más de cincuenta años con Tomás Edison -inventor de la primera planta central permanente generadora de luz eléctrica en el mundo, entre otros grandes inventos- decía: "Edison te hace sentir como si estuvieras inventando algo con él". Jack Welch, el líder legendario de General Electric, reconociendo el hecho de que para innovar hay que experimentar y aprender de nuestros errores, decía: "Nosotros recompensamos el fracaso". Y Charles Kettering, de General Motors, en la misma línea, reconocía que "los investigadores fallan cada vez, menos en la última".

Sin duda, el liderazgo juega un rol clave en la innovación. El estilo de liderazgo y el tipo de cultura que forjan estos líderes, sin embargo, depende del tipo de negocio y del estilo de cada uno. Ed Catmull, el precursor del cine digital y cofundador de Pixar Entertainment, creadora de películas como "Toy Story" y "Bichos", entre otras, enriqueció el proceso creativo de su empresa uniendo dos tipos de culturas muy distintas: la técnica y la artística. Él lideró los esfuerzos por conseguir que ambas trabajasen como compañeras. ¿Cómo lo hizo? Estimulando el aprecio de unos por el talento de los otros, ya que consideraba que "cuando la tecnología es fuerte, inspira a los artistas" y "cuando los artistas son fuertes, retan a la tecnología". En Pixar, tanto los artistas como los técnicos aprecian los talentos de los unos y los otros. Los salarios, bonos y acciones a los que pueden acceder son iguales para ambos. Además, todos reciben entrenamiento cruzado en Pixar University durante diez semanas. Los técnicos toman clases de escultura, pintura, dibujo, cómo hacer películas, etc., junto con los artistas. Y los artistas también toman los cursos de tecnología junto con los técnicos. El efecto en la cultura es que los técnicos aprenden a apreciar el trabajo de los artistas y viceversa.

Michael Dell, fundador de la exitosa empresa de computadoras Dell, afirma que "la innovación es acerca de tomar riesgos y aprender del fracaso". Hoy se nos conoce por manejo de inventarios, logística, administración de la cadena de suministro, como tal, pero ese no fue siempre el caso". Y cuenta que en 1989 ocurrió un desastre para ellos, ya que salió un nuevo chip de memorias al mercado y Dell tenía demasiado stock de los antiguos. Aunque les tomó un año recuperarse, aprendieron mucho de ello. La recomendación que Dell nos hace es que creemos una cultura donde la gente no tema fallar y que fomentemos la innovación cuando a la empresa le esté yendo bien. Lo último que quiere una empresa que es líder es volverse complaciente, ya que esa es la fórmula para perder el liderazgo.
Para innovar, es importante contar con líderes que sepan llevar a las organizaciones a reinventarse constantemente. ¿Contamos con ellos? ¿Estamos haciendo algo para permitir que florezcan ? ¿O nos estamos volviendo complacientes?

Por Jacqueline Saettone
Administradora
Socia de Aleteia Capital y
Docente de la Universidad del Pacífico
Extraído del Diario "El Comercio" (Perú)
11 de Abril del 2006